Sarah Vaughan “La Divina”
Por: José Antonio Orellán
Sarah Vaughan, quien por sus extraordinarias condiciones vocales, pasión y glamorosa escena, fue consagrada por crítica y público como “La Divina”.
Sarah Lois Vaughan nació en humilde cuna el 27 de Marzo de 1924, en Newark, New Jersey. Sus influencias musicales las recibe en su hogar, ya que su padre, de oficio carpintero, era guitarrista aficionado, mientras que su madre formaba parte del coro de la iglesia de la localidad. A los siete años de edad comenzó a tomar lecciones de piano, de modo que a sus quince ya es una hábil tecladista.
En 1942, motivada por sus condiciones y alentada por sus allegados, se inscribe en un concurso de talentos que se organizaba en el Teatro Apollo de Harlem, donde obtiene el primer lugar y la oportunidad de unirse a la banda de Earl "Fatha" Hines, en la que participaban el destacado cantante Billie Eckstine y los modernistas músicos Charlie Parker y Dizzy Gillespie. No cabe duda de que ésta fue su primera gran experiencia. Desafortunadamente,una controversia entre el sindicato de músicos y las casas disqueras devino en huelga, impidiendo que dicho encuentro pudiera ser registrado en grabaciones. En 1943 Eckstine decide abrirse paso con su propia Big Band. Gillespie y Parker le siguen, y Vaughan no se queda atrás, por lo que comparte además con otro grupo de futuras estrellas del Jazz: Dexter Gordon, Kenny Dorham, Miles Davis y Art Blakey. Vaughan es profundamente influenciada por estos cultores del naciente Bebop,de allí que comience a incorporar el fraseo de dicho estilo en su interpretación, creando su propio sello interpretativo. Finalmente hace su debut discográfico con esta "super-banda".
Llega el año 1946 y con él los deseos de darle un giro a su carrera artística. Vaughan se lanza como solista y en en breve tiempo gana la aceptación en su nueva faceta. A finales de 1947 su versión de “Tenderly” se ubicó entre las favoritas de la audiencia norteamericana. Luego llegarían otros éxitos como “A Night in Tunisia”, “It’s Magic”, “If you Could See Me Now”, “April in Paris”, “Lullaby of Birdland”, y muy especialmente "Misty", la cual se convirtió en su carta de presentación. Con su fraseo orientado al Bebop y un halo de extravaganza, "La Divina" mostró su gran madurez interpretativa.
Vaughn graba luego con el sello Columbia (1949 - 1953), ampliando su repertorio con baladas y algo de pop, consolidando su popularidad. Al participar en una sesión de grabaciones con el grupo de Jimmy Jones (1950), muestra al mundo que no estaba dispuesta a abandonar sus orígenes del Jazz, al tiempo que se reafirma como una de las mejores vocalistas del género.
Activa hasta el primer lustro de los ochenta,Vaughn hace incontables giras, y graba para diversos sellos un repertorio bastante variado, donde participan notables músicos como J.J Johnson, Zoot Sims, Herbie Hancock, Clifford Brown, Oscar Peterson y Ron Carter. Su repertorio de canciones de Duke Ellington (“The Duke Ellington’s Song Book”) es considerado una joya discográfica, mientras que su disco “Gershwin Live”, en homenaje al compositor George Gershwin, es grabado con el respaldo de la Orquesta Filarmónica de Los Angeles (1982), y le vale un premio Grammy como la mejor cantante de Jazz.
Junto a Billie Holiday y Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan conforma el trío de vocalistas femeninas más importante en la Historia del Jazz. La crítica especializada así lo reconoce y su amplia gama de seguidores lo confirma. Una cantante de amplio registro, perfecto dominio del vibrato, su habilidad para manejar el micrófono, amén de su exquisito estilo, le posicionaron como una de las indiscutidas reinas del triunvirato que copó la escena jazzística en el Siglo XX.
Un cáncer pulmonar extinguió su vida el 3 de Abril de 1990 en Los Angeles, California, justo una semana después de haber cumplido sus 66 años. Aunque los caminos del jazz siguen intactos, gracias a la brillante luz de “La Divina”, Sarah Vaughn.