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Friday, March 17, 2006

Bossa Nova

Por: José Antonio Orellán

Aunque mucho se habla hoy día de globalización, cierto es que la música ha rebasado estos conceptos para alcanzar el calificativo de Universal. Una muestra significativa de lo expuesto es la Bossa Nova, género musical nacido en el gigante del sur: Brasil.
La cultura carioca guarda similitudes con la de muchos de sus vecinos, en cuanto a la mixtura de culturas en la que confluyen raíces europeas (portuguesa en su caso), africanas y las nativas pre-coloniales.
Sin duda alguna, el Mundo se ha maravillado con su fútbol, sus vistosos carnavales y su música popular, representada por el Samba y la Bossa Nova.
La Bossa Nova (Nueva Ola), nace a principios de la década de los 60, es un lenguaje musical mestizo, en el que se entremezclan los ritmos brasileños, con armonías europeas y un tinte del Cool Jazz americano.
El género encontró precursores que venían trabajando en estas fusiones, tanto dentro como fuera de las fronteras de Brasil. Mientras el pianista y arreglista Dick Farney, el vocalista Lucio Alves, entre otros, experimentaban en su país con la fresca brisa de Jazz que soplaba desde la costa oeste de EEUU y el cálido ritmo carioca; en la unión americana, el brasileño Laurindo Almeida - quien trabajara con la orquesta de Stan Kenton -, le mostraba a sus colegas con su guitarra, algunos acordes de la música de su país.
Corría el año de 1953 cuando el saxofonista Bud Shank, el baterista Roy Harte, el bajista Harry Babadin y el propio Almeida en la guitarra, van a los estudios y registran el disco “Laurindo Almeida Quartet”, el cual, si bien es cierto no definía al género, se considera como uno de los pasos mas firmes en su gestación.
Almeida viajó a Brasil y distribuyó el disco entre sus compatriotas, quienes se sintieron atraídos y motivados a continuar explorando.
En 1958 se produce el gran suceso, un joven bahiano de nombre Joao Gilberto, revoluciona lo hasta entonces hecho en música brasilera al introducir una técnica y un juego de acordes con su guitarra, que enriquecían el nuevo híbrido, que además contaba con las composiciones y avanzadas armonías de Antonio Carlos Jobim; así el tema “Chega de Saudade”, se convirtió en un rotundo éxito. El siguiente año, Jobim se une al también compositor Luiz Bonfa para escribir la música incidental de la película “Orfeo Negro”, la cual incluía los temas “Manha de Carnaval” y “Samba de Orfeo”, con lo que la Bossa Nova recibe el impulso necesario para afianzarse en su país.
En 1962, el guitarrista Charlie Byrd regresa a EEUU después de una gira por sudamérica patrocinada por el Departamento de Estado norteamericano, e invita al saxofonista Stan Getz a grabar algunas de las remembranzas musicales de su viaje, el resultado fue el LP “Jazz Samba”, el cual contenía los temas “Desafinado” y “Samba de una Nota”, que pronto captaron la atención del complejo oyente norteamericano, a la postre el disco se convirtió en uno de los álbumes mas vendidos de todos los tiempos, además de recibir el reconocimiento de la crítica con un Grammy.
El éxito comercial en EEUU le abrió a la Bossa Nova las puertas de la internacionalización, pronto artistas de renombre se dejan seducir por el contagiante ritmo: Elvis Presley, Frank Sinatra, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Herbie Mann, Zoot Sims, Coleman Hawkins, Eydie Gorme, entre otros. Mientras, en Brasil la Bossa Nova sirve de argumento para mostrar al Mundo una nueva generación de talentos como Astrud Gilberto (“Garota de Ipanema”), Edú Lobo, Baden Powell, Sergio Mendes, Dori Caymmi, Joao Donato, entre otros.
A mediados de los 70, la magia irradiada por la Bossa Nova comenzó a ser eclipsada por un nuevo movimiento proveniente de Salvador de Bahia: la Tropicalía o Tropicalismo; sin embargo, el género no ha muerto, algunos destellos aún perduran y son atesorados por nostálgicos soñadores, a quienes la Bossa Nova les ilumina con sus suaves melodías.

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